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Fernanda Iglesias, su original método para adelgazar: "Bajé 10 kilos en tres meses con una coach por WhatsApp"

Fernanda Iglesias, su original método para adelgazar: "Bajé 10 kilos en tres meses con una coach por WhatsApp"

A los 45 años, la periodista mostró orgullosa su nueva figura y le contó detalles del novedoso (y riguroso) sistema a Ciudad. ¡Enterate!

"¡¡¡BAJÉ DIEZ KILOS!!! SI, ESTOY GRITANDOOOOOO", anunció a los cuatro vientos Fernanda Iglesias (45), en su cuenta personal de Twitter. Así, con varios signos de exclamación y en mayúscula, la periodista compartió una foto de entrecasa que da cuenta de la increíble transformación de su cuerpo.

A días de su regreso a la televisión en Hay que ver, el nuevo programa de José María Listorti y Denise Dumas, por el nueve, Fernanda habló con Ciudad y contó detalles del original -y muy exigente- sistema virtual con el que adelgazó 10 kilos en tres meses.

-¿Cómo hiciste para bajar tanto?

-Me parece importante contarlo porque yo era de las personas que nunca me imaginaba bajando esa cantidad de kilos y seguro hay gente a la que le pasa lo mismo. No me creía capaz a mí misma de hacerlo. Dejé de trabajar en la tele en diciembre de 2016 y arranqué la dieta el 22 de diciembre de 2017. En un año que no estuve en la tele, aumenté 10 kilos. Así fue. Me relajé, no la pasé bien cuando perdí mi trabajo y busqué alivio en la comida, ponele. Estaba tratando de ver cómo rearmaba mi vida. En el momento de empezar la dieta tenés que estar muy decidido. Hay chicas que dicen ‘empiezo la dieta mañana’, no es el momento y fracasan. Y eso es una frustración constante.

-¿Cuál fue el instante en el que te hizo click la mente y te decidiste?

-Me invitaron a Peatonal, el programa de Diego Moranzoni, y yo no quería ir a ningún lado. Cuando empezás a engordar y te sentís mal con tu cuerpo no querés aparecer. Finalmente, me convencieron en diciembre pasado y él contó que se sentía bárbaro porque había bajado 10 kilos. Y me quedó esa frase. Dije ‘yo también quiero eso’. Entonces un día lo puse en Facebook y pregunté si alguien tenía un método que diera resultado. Me escribió una chica que se llama Nora, que es con quien finalmente hice la dieta, me dijo cómo era el tratamiento y arranqué.

-¿Todo esto el 22 de diciembre? ¡En el peor momento!

-Sí, venía Navidad, fin de año, las vacaciones. Antes de ella, había llamado a una nutricionista y me dijo ‘¡Nah, vení en marzo!”. Y ahora llegamos a abril y ya bajé todo.

-¿Y cómo es el sistema?

-No es presencial, es por WhatsApp, es virtual. Tengo un grupo en el que todas hacemos dieta y nos soportamos todos los días con nuestros pesos, las comidas que comemos y fotos. Es una contención de grupo, en el que hay una coach y nos va ayudando. Nos orienta con el tratamiento, qué hacer si estás estancada, si estás enojada porque no bajás. Siempre tiene una respuesta para todo y te sostiene. Yo no lo podía hacer sola, necesitaba a alguien y lo encontré acá. Me sentí re acompañada, cada chica va contando su experiencia y nos vamos sosteniendo unas a otras.

-¿Cuántas mujeres hay en ese grupo?

-Ahora somos siete u ocho, no llega a diez.

-¿Y el plan de dieta?

-La dieta te la hace una nutricionista, no es la misma chica que Nora, que es la coach. La nutricionista vino a mi casa, le conté mis horarios y me explicó cómo tenía que medir los alimentos porque es muy estricto. Son mil calorías por día y tenés que saber qué cantidad de verdura, de fruta y de proteínas. Es milimétrico. Es un plan que tiene desayuno, almuerzo, merienda y cena. No hay picoteo, no hay colación, pero no pasás hambre, está muy bien regulada. Es una dieta con todos los nutrientes, que te da mucha energía.

-¿No te pareció difícil?

-Al principio sí porque dejás de comer harinas. Fue muy gradual. Si vos hacés bien las cosas, te tiene que ir bien. Peso la comida, es un nivel de exigencia grande. Si tenés una salida, comés antes o vas y disfrutás de otras cosas. Hice muchas notas y me citaban en una cafetería, y yo miraba la decoración. Descubrís que hay otras cosas para mirar más allá de la comida. La gente que es flaca no está pensando en la comida todo el tiempo. Es difícil, pero se puede.

¿No podés comer literalmente nada de harinas?

-Solo una rodaja de pan negro por día o dos galletas de arroz, pero yo no las como. Y empezás a comer frutas, verduras y proteínas. A la mañana, como una fruta con café con leche y listo. Pero ahora que enganché el ritmo, si no como fruta me desespero. No es de un día para otro, pero estaba muy decidida a entrar en el tratamiento. Si vas a una fiesta, tomás gaseosa light y listo. En el medio me fui a Europa de viaje y por tres semanas no hice la dieta, pero me mantuve en 61 kilos y medio.

-¿Ahora que lograste tu cometido la dejás la dieta?

-No, ahora viene la parte más complicada porque bajar no es difícil, lo difícil es mantenerse. Ahora cambio de plan a uno de mantenimiento, pero no sé cómo es porque no comencé todavía. Lo que tendría que hacer ahora es empezar actividad física, que nunca hice porque odio hacer gimnasia. La única actividad física que hice en estos meses fue en vez de ir a la farmacia de la vuelta de mi casa, iba a la que está a 10 cuadras. Buscaba cambiar esas pequeñas rutinas.

-¿Sentís que cambió la mirada de los hombres?

-No, yo por la calle voy con cara de culo y si alguien me dice algo lo puteo, jajaja. Le digo ‘andá a decirle eso a tu vieja’. Los hombres te miran igual, seas gorda o flaca, por las dudas, ¿viste? El cambio es interno, estoy más contenta, te cambia el eje, estás más tranquila, te enojás menos. Pensé que nunca lo iba a poder hacer y bueno. Es decidirlo: ‘yo voy a poder y lo voy a hacer’.

 

Fuente: Ciudad Magazine



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