El drama del comercio en el norte, la falta de trabajo, el rebusque, la ilegalidad, y lo mismo de siempre: decenas de personas que cargan sus vehículos hasta el tope y más, ingresando de manera ilegal mercaderías.
La Ruta 50, la que estuvo durante años en construcción, la que se cobró su presupuesto varias veces, la misma ruta de la muerte por la cantidad de accidentes que genera, es la ruta de nadie también en el comercio.
Y es que los controles existen, de manera esporádica, y los que ingresan esos enormes bultos lo saben. Es por eso que actúan de manera articulada, enviando adelante vehículos vigías que marchan más adelante para verificar la presencia de estos puestos de control. En caso de detectarlos, avisan al resto, y simplemente se detienen a un costado de la ruta, esperando en la banquina hasta que se vayan.
Luego pueden volver a avanzar sin inconvenientes, y a la vista de todos con los bultos cargados mayormente de ropa, artículos de electrónica, hojas de coca, entre otros.
Habrá que ver si con la presencia de las Fuerzas Armadas en la frontera se logra ordenar un poco este contrabando de mercadería que termina perjudicando a los que pretenden vivir de manera legal y pagando sus impuestos.
Fotos: Facebook: Lucas Viarengo
