Abraham Ezequiel Barrientos (27 años) había enviudado hace un año aproximadamente y en los últimos tiempos mantenía una relación sentimental con la docente Nilda Beatriz Ruiz (32), quien se encontraba separada desde hace unos tres meses de José David Ramírez (34), quien cuidaba un campo ubicado a tres kilómetros de Herrera, departamento Avellaneda, y con quien tiene en común una beba de pocos meses de vida.
Antenoche, alrededor de las 23.30, Barrientos decidió visitar a la maestra, quien trabaja en una escuela de Añatuya (General Taboada), Santiago del Estero. El joven albañil no llegó solo a la vivienda de la calle Sarmiento del barrio Estrella Roja de la citada localidad del departamento Avellaneda. Llevó a su hija de seis años. La docente los hizo pasar e iniciaron una charla en el interior.
Todos los movimientos de Barrientos y de Ruiz fueron seguidos de cerca por Ramírez, quien se encontraba oculto en inmediaciones de la casa de su expareja. El peón rural estaba esperando la llegada del viudo y novio de la maestra.
De acuerdo con las investigaciones policiales y judiciales, Ramírez golpeó la puerta, pero nadie lo atendió. Inmediatamente, ingresó a la casa y le realizó tres disparos a Barrientos. Uno de los proyectiles impactó en una mano, otro en el brazo y el tercero en el pecho, el que atravesó el corazón. La víctima cayó mortalmente herida en el comedor de la vivienda de la maestra. Tras la balacera, el agresor se dio a la fuga sin decir nada, de la misma manera que había llegado.
Los estampidos de los proyectiles, los gritos de la docente y la hija de la víctima, y la huida de Ramírez, alertaron a los vecinos, quienes llamaron a la Policía. El albañil fue auxiliado y trasladado al hospital de Colonia Dora, donde ingresó muerto.
El hecho generó la presencia de la fiscal de turno, Dra. Cecilia Rímini, y del personal policial de la Comisaría 19ª. Asimismo, técnicos de Criminalística de la Departamental 13 realizaron las pericias en el escenario del asesinato.
La funcionaria judicial ordenó que el cuerpo fuera trasladado a la morgue judicial del Centro Integral de Salud La Banda.
La menor vio cómo mataron a su padre
La hija de seis años de Abraham Ezequiel Barrientos, la víctima fatal, perdió a su madre hace un año aproximadamente. La mujer falleció a causa de una terrible enfermedad.
Tras el deceso de su madre, la menor continuó viviendo con su padre y los abuelos maternos, todos en la misma casa.
Aquel dolor de la pérdida de su progenitora aún estaba latente cuando ocurrió antenoche el asesinato de su padre. La niña presenció todo el desenlace, revelaron fuentes ligadas con la investigación. Los gritos y el llanto al ver a su padre tirado en el piso y ensangrentado llamaron la atención de los vecinos, quienes decidieron llamar a la Policía.
La menor quedó al cuidado de los abuelos maternos, quienes le están brindando contención emocional por los difíciles momentos que atravesó en el último año.
Las autoridades analizan la posibilidad de que la niña reciba contención psicológica para sobrellevar el drama vivido.
El homicida buscó a un amigo y se entregó ante un policía conocido
José David Ramírez huyó de la casa de su expareja con el arma de fuego en la mano. Deambuló por las calles de Herrera y luego llamó por teléfono a un amigo. Le contó a grandes rasgos lo que había provocado y dijo que quería entregarse. Sin embargo, no pretendía hacerlo en la sede de la Comisaría 19ª, sino ante un policía conocido.
El amigo lo buscó en su camioneta, mantuvieron una breve charla y luego siguieron viaje hasta la casa del uniformado. Ante el policía, quien ya conocía del asesinato, Ramírez se entregó. Como primera medida, el uniformado le quitó el revólver al peón rural y seguidamente lo trasladó hasta la dependencia policial, donde quedó detenido y a disposición de la fiscal Cecilia Rímini.
Ramírez quedó formalmente acusado del homicidio del albañil y será indagado en los próximos días.
El sospechoso ya había tenido un incidente armado con otro hombre
El asesino protagonizó otro hecho similar, aunque no tuvo el mismo final que antenoche. Fuentes ligadas con la investigación revelaron Ramírez habría encontrado mensajes de texto de otro hombre en el celular de su mujer. El sospechoso identificó al presunto autor de los escritos y lo buscó en su domicilio empuñando un cuchillo en una oportunidad y un revólver en otra ocasión. Los hechos sucedieron hace unos cuatro años, aunque solo terminó en amenazas de muerte.
El peón rural estuvo alojado en la Comisaría Comunitaria Nº 19 de Herrera hasta ayer a la mañana. Posteriormente, fue trasladado a la Alcaidía del Departamento de Seguridad Ciudadana Nº 13 para evitar incidentes.