POLÍTICA

El Gobierno repudió la visita del canciller británico a las Islas Malvinas: “Provocación innecesaria”

El Gobierno repudió la visita del canciller británico a las Islas Malvinas: “Provocación innecesaria”

Desde Cancillería anticiparon que efectuarán protestas formales diplomáticas ante el anuncio del ministro de Relaciones Exteriores, James Cleverly.

El Gobierno calificó como una “provocación innecesaria” la anunciada visita del ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, a las Islas Malvinas, en un intento de demostrar su apoyo a la “autodeterminación” de los habitantes del archipiélago en el marco de la disputa por la soberanía del territorio atlántico.

El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de Argentina, Guillermo Carmona, hizo esta declaración a través de su cuenta en la red social X (ex Twitter), desde donde también adelantó que la llegada de Cleverly al archipiélago del Atlántico Sur será objeto de “formales protestas diplomáticas y el debido repudio” por parte de Argentina.

“El canciller británico James Cleverly anunció que visitará a las Malvinas, es decir a la Argentina. Como es habitual, cuando a los conservadores británicos se les aproximan elecciones se les da por exhibir el anacrónico y decadente imperialismo colonial”, publicó Carmona, que depende del ministerio de Relaciones Exteriores que conduce Santiago Cafiero.

Carmona hizo un llamado al gobierno británico para retomar las negociaciones sobre la soberanía de las Islas Malvinas, de acuerdo con lo establecido por las resoluciones de las Naciones Unidas. “En lugar de aceptar la propuesta del canciller Santiago Cafiero de diálogo sobre una renovada agenda con eje en la cuestión de la soberanía y ajustada al derecho internacional, Cleverly elige seguir comprometiendo la dañada reputación de su país en la Cuestión Malvinas”, subrayó el secretario.

Carmona concluyó su mensaje con una advertencia a Londres: “Lo estaremos esperando con las formales protestas diplomáticas y el debido repudio a una acción que se preanuncia como provocación innecesaria que desafía al derecho internacional”.

Cleverly anunció su visita a las Islas Malvinas durante una recepción en la Conferencia del Partido Conservador del Reino Unido y fue reproducido por medios británicos. En su declaración, el canciller inglés destacó su “creencia en el derecho de los pueblos a la autodeterminación”, al referirse al referéndum que se hizo en 2013 y que el 99.8% de los votantes votó por mantenerse bajo control británico.

“El pueblo de las islas ha dejado clara su posición y necesitamos que siga un gobierno conservador para asegurarnos de que ellos y otros en todo el mundo estén protegidos”, dijo Cleverly, quien agregó: “Es mi trabajo dejar absolutamente claro que en un gobierno conservador se puede confiar para velar por los mejores intereses de este país y de aquellos otros en todo el mundo que dependen del buen gobierno británico, incluido, por supuesto, el maravilloso y valiente pueblo de Ucrania que actualmente se defiende de la agresión rusa”.

En caso de que se concrete la visita, sería la primera de un ministro del gabinete británico a las Islas Malvinas desde 2016. Semanas atrás, el presidente Alberto Fernández reivindicó la soberanía argentina sobre el archipiélago ante la Asamblea General de la ONU, en una postura que ratificó que las islas están “ocupadas ilegalmente desde hace casi dos siglos” por el Reino Unido.

El anuncio de la visita de Cleverly generó nuevas tensiones a la larga disputa entre Argentina y el Reino Unido sobre la soberanía de las Islas Malvinas, que se remonta desde el siglo XIX cuando el país logró su independencia y heredó de la corona española el territorio insular. El conflicto alcanzó su punto cúlmine en 1982 en la Guerra del Atlántico Sur al mando de la dictadura encabezada entonces por Leopoldo Fortunato Galtieri, que dejó 649 argentinos y 255 británicos muertos tras 74 días de operaciones militares y combates.

A principios de este año, el Gobierno oficializó la ruptura del acuerdo de cooperación con Gran Bretaña firmado por la gestión de Mauricio Macri, conocido también como “Foradori-Duncan”, por el convenio suscripto por el ex embajador británico Alan Duncan y el ex vicecanciller argentino Carlos Foradori. La rúbrica dejaba en un segundo plano la cuestión territorial y se avanzaba en la explotación económica de áreas como el transporte marítimo o la pesca, así como en la identificación de restos de los soldados argentinos caídos en la guerra de las Malvinas.

No fue el único revés en política exterior para la administración del primer ministro británico, Rishi Sunak, hijo de padres hindúes africanos de ascendencia india. En julio pasado, el gobierno británico fustigó a la Unión Europea (UE) por incluir el término Islas Malvinas para referirse al archipiélago en disputa con Argentina, en la declaración de la cumbre con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

El diferendo sigue vigente no solo en el plano internacional, sino en la agenda de la campaña electoral ante las próximas elecciones presidenciales del 22 de octubre. Fue el candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, quien sorprendió con su postura que Argentina tiene que buscar “un acuerdo con Inglaterra” y que para llegar a ese entendimiento “no se puede desconocer la posición de las personas que viven” como población implantada en el archipiélago que Gran Bretaña usurpa desde 1833.



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