El Corredor de la Fe volvió a mostrar una cara conocida: el de las reparaciones por hundimientos. En esta oportunidad no fue en calle Juramento, que ya fue reparada tres veces. Durante el fin de semana largo, y por segunda vez, tuvieron que levantar los adoquines por hundimiento en Caseros, entre Catamarca y Juramento.
Este arreglo responde a un pedido que los concejales le transmitieron a la Secretaría de Obras Públicas municipal, luego de realizar un recorrido y advertir distintas falencias, incluso del propio municipio.
Entre consultas de los vecinos, bajo la mirada de comerciantes, los obreros comenzaron a trabajar a media calzada el sábado.
El Tribuno dialogó ayer con los trabajadores, quienes bajo el sol y contrarreloj colocaban la última parte de los adoquines. Ellos señalaron que la tarea consistió en "volver a quitar todo". Uno de los obreros explicó que la base que debía soportar el hormigón, la cual está hecha de ripio, estaba rota por filtraciones de agua, por lo que la capa de 15 centímetros de hormigón no soportó y cedió. Por ello explicó que quitaron esa parte y volvieron a armar las tres capas: la de ripio, hormigón y tierra, para colocar nuevamente los adoquines.
"Se trabaja con las reparaciones y con todas las observaciones que hicieron los concejales cuando realizaron la recorrida. Esta tarde (por ayer) a las 18 ya quedará habilitado. Se puso a media calzada para no tener problemas con el tránsito", aseguró Wanny Caramella, secretario de Obras Públicas municipal.
Los comerciantes fueron lo más afectados por la mala ejecución de la obra. "Esta calle es la segunda vez que la arreglan por hundimiento. La idea de embellecer la ciudad me parece muy buena, pero si se hubieran hecho las cosas bien...", comentó un comerciante que prefirió no dar su nombre. El hombre aseguró que tantos dolores de cabeza le trajo la obra, que tuvo que cerrar el otro local que tenía hace siete años sobre calle Juramento.
Otros hundimientos
El tramo reparado no es el único que muestra falencias, en la intersección de Caseros y Catamarca se armó un doble badén por el hundimiento. "Tiene que estar bien hecho, mirá ahí, donde supuestamente ya lo habían reparado, se esta hundiendo de nuevo. Está toda mal hecha la obra, es un despelote", se quejó Damián López, chofer de la remisera ubicada en esa esquina.
A fines de abril, luego de que el secretario de Obras Públicas advirtiera a este medio que había "falencias gravísimas" en la obra, los concejales realizaron una recorrida por el paseo.
A partir de las fallas detectadas le solicitaron al Ejecutivo municipal una serie de obras: cambio de tapas de las cámaras de inspección de servicios, reforzar la fijación de farolas de iluminación y cestos papeleros, la demarcación de sendas peatonales, mejorar la señalización vial nocturna, entre otras.
Fuente: El Tribuno
