SOCIEDAD

Pese a la prohibición, la pirotecnia se hizo escuchar en la ciudad

Pese a la prohibición, la pirotecnia se hizo escuchar en la ciudad

Fracasó la ordenanza de pirotecnia sonora cero. Fue notorio el aumento de fuegos artificiales, en comparación con navidad.

Aunque en la capital salteña rige la ordenanza de “pirotecnia sonora cero”, para proteger a niños con autismo y también a los animales, anoche, apenas el reloj marcó la medianoche, los fuegos artificiales y las bombas de estruendo se multiplicaron.

El exdiputado Pablo Kosiner usó su cuenta de twitter para expresar su enojo: “Barrio Tres Cerritos de Salta. Explotan bombas de estruendo por todas partes. Una vez más queda demostrado que la falta de educación y solidaridad es inversamente proporcional al poder adquisitivo. Basta de golpearse el pecho cínicamente”, dijo.

Algunos, en las redes sociales, responsabilizaron del fracaso de la ordenanza a la falta de control de la municipalidad de Salta. Señalaron que los controles apuntaron sólo contra los manteros y para evitar la venta de cohetes prohibidos.

La mayoría de los comentarios apuntaron, sin embargo, a la decepción como sociedad.

“Doce minutos y contando, y no dejan de tirar pirotecnia. Un perro en la calle de enfrente corría desenfrenado. Salta que decepción me das”, escribió una usuaria de Twitter.

Otro usuario dijo: “En serio esperaban que la provincia más retrógrada del país sea pionera en promover conductas sociales buenas? Salta, lamentablemente, va a ser el distrito número 24 en lograr pirotecnia cero”

“La cantidad de pirotecnia quemada en Salta hoy habla muy mal de nosotros... Ni las personas con condiciones especiales de sensibilidad ni los animales, no nos importa nada. El domingo pediremos perdón en misa”, dijo otro.

Sólo por suerte no hubo heridos de gravedad, aunque sí ingresaron al nosocomio muchos niños, con quemaduras.

Una de 14 años se había lastimado la mano derecha con un cohete.

Una criatura de tres años tenía su mano izquierda quemada. Otro de 5 años, su ojo izquierdo. Un niño de 10 años, ambos ojos. Ninguno quedó internado.

Fuente de la Información: La Gaceta



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