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El 'terrorífico' perro-robot que utiliza Singapur para mantener la distancia social

El 'terrorífico' perro-robot que utiliza Singapur para mantener la distancia social

El país asiático usa a Spot, un perro-robot que pasea por el parque Bishan-Ang Mo Kio y le recuerda a la gente que debe mantenerse separada por su propia seguridad

Las noticias que llegan desde Singapur siempre son, cuando menos, peculiares. La república asiática, que puede alardear de encontrarse siempre en las listas de países con el ratio de criminalidad más bajo del mundo (acompañado de Islandia, Nueva Zelanda o Austria), es un ejemplo de desarrollo económico y tecnológico. Aunque Occidente querría emular su instinto del orden y la limpieza (desde los años 60, con la campaña 'Keep Singapore Clean', se pretende que sea el país más verde y limpio del sur de Asia) no hay que olvidar que también funciona porque sus sanciones, en ocasiones, son demasiado severas. El castigo a base de torturas y latigazos es legal y está prohibido importar chicles. Tampoco se puede comer, escupir en la calle, fumar o incluso utilizar el wifi del vecino.

A pesar de todo, la crisis del coronavirus también ha afectado a uno de los países más ricos del mundo. Singapur tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, según la Organización Mundial de la Salud, que intenta ofrecer una cobertura universal y barata a todos y cada uno de los ciudadanos al mismo tiempo que consigue que los costes no se disparen. Puede que confiaran demasiado en su sistema, pero, finalmente, también tuvieron que rendirse a la evidencia y confinarse como la mayoría de países a lo largo del globo. Durante casi dos meses lograron controlar la pandemia, en palabras del primer ministro, Lee Hsien Loong, pero desde el pasado 8 de abril hasta el 4 de mayo, todas las guarderías, colegios y universidades de Singapur han permanecido cerrados. La gente, en sus casas.

Por vuestra propia seguridad y la de los que os rodean, por favor, permaneced al menos a un metro de distancia. Gracias

Hasta ahora. Igual que muchos países comienzan a salir de su largo letargo, con pies de plomo, los habitantes de Singapur ya pueden salir a ejercitarse y se han abierto los parques. Más allá de la creación de aplicaciones ingeniosas con las que evitar una segunda oleada de contagios, la idea para que se respete la distancia social recomendada bien podría ser parte de una película de ciencia ficción: un perro-robot.

Fuente de la Información: El Confidencial



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