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Entre curiosos y adeptos, las mujeres protestaron contra el patriarcado

Entre curiosos y adeptos, las mujeres protestaron contra el patriarcado

El Monumento a Güemes fue el lugar elegido para llevar adelante la manifestación.

Símbolo de la tradición salteña, el Monumento a Güemes recibió ayer a decenas de mujeres con una idea fija: hacerse oír respecto a la igualdad de género, la libertad femenina y luchar contra el patriarcado. Así, pasadas las 18, el tetazo salteño estaba en marcha.

De a poco la manifestación iba tomando forma. Primero, algunas de las mujeres protagonistas se quitaron sus remeras y corpiños, haciendo efectiva la modalidad propuesta, mientras otras decidieron simplemente aportar con su presencia, carteles y banderas. Se trataba aproximadamente de 40 manifestantes, muchas de ellas con pelucas de colores, pañuelos verdes y sus pechos pintados.

En las cartulinas y trapos se podían leer pedidos de justicia por el femicidio de Andrea Neri, por el cual hacían responsable al Estado, así como también mensajes que rezaban “Obsceno es cómo gobiernan”, “Cuerpxs Soberanxs”, “Tetazo al patriarcado”, “Fuera Macho” o “Basta, no censures mi teta”. El instaurado hashtag “Ni una menos” también estuvo presente.

Luego fue el turno de los medios de comunicación, congregados en importante número. Las fotos y entrevistas empezaron. Los argumentos del tetazo y de la necesidad de movilización femenina se centraban en los diversos femicidios ocurridos en Salta en lo que va de 2017 y el operativo policial contra el topless de tres mujeres en una playa de Necochea. Las críticas al patriarcado, al machismo reinante en nuestra sociedad y a la Iglesia también eran frecuentes.

Cada vez se veía más gente acercándose al monumento. Algunos lo hacían para apoyar la lucha y el reclamo mientras otros, curiosos, solo llegaron para “ver qué pasaba”. Al notar esto, muchas de las mujeres que efectuaban el tetazo empezaron con sus cánticos. “Macho, careta, lejos de mis tetas”, se podía oír. Claro, muchos de los hombres allí presentes solo atinaban a sacar fotos de las manifestantes, sin mostrar interés alguno por la esencia misma de la marcha.

En un momento, una especie de cordón se formó sobre la zona del estacionamiento del monumento. Algunos vehículos disminuían la marcha para ver cómo iba la manifestación. Otros estacionaban pero huían de las cámaras y micrófonos de los medios cuando se les consultaba sobre el tetazo. De hecho, se escuchó por ahí, entre risas, un “no, si mi mujer me ve acá se me arma”.

También se vivieron ciertos momentos tensos. Uno de ellos, cuando los periodistas de un medio local recibieron agresiones verbales de manera específica, no pasó a mayores. El otro, cuando un hombre se acercó descaradamente a grabar con su celular mientras una de las mujeres pintaba un mensaje en los pechos de otra, significó mayor revuelo. Es que una de las manifestantes increpó al acosador entre gritos y un pequeño forcejeo. Sin embargo, el incidente fue controlado.

Ante todo esto los efectivos policiales supervisaban en dos tandas. Los hombres se encontraban en la vereda del frente junto a sus motocicletas mientras que las mujeres supervisaban a unos metros de las manifestantes. Eran cerca de quince oficiales femeninas.

Los cánticos continuaron y el tetazo se hacía cada vez más masivo. Algunos medios, como LA GACETA, realizaban transmisiones en vivo en las cuales se podía observar diversos tipos de opiniones. Entre manifestantes, periodistas y curiosos se estima que eran trescientas personas las presentes a los pies de la estatua de Güemes.

Hacia el final, luego de posicionarse frente a las cámaras mientras cantaban, las protagonistas armaron una ronda y entonaron una versión adaptada del “Arroz con leche”. Decía más o menos así: “Arroz con leche quiero abortar en condiciones dignas, con seguridad. Con misoprostol, con mi selección, de la forma que sea es mi decisión”.

Pasadas las 19, la lluvia y el frío hicieron que la manifestación viera pronta su culminación. Los curiosos se marcharon y quedaron solo manifestantes y periodistas, quienes luego de algunas notas abandonaron el monumento, poniendo fin al histórico tetazo.   

La Gaceta



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