Choferes de ómnibus presionaron 17 botones antipánico durante la semana pasada para pedir auxilio por diferentes situaciones de peligro.
Del 16 al 22 de abril hubo 133 intervenciones policiales por activaciones de estos dispositivos, según estadísticas del Centro de Coordinación Operativa del 911 (CCO).
De todas ellas, 17 se generaron por desórdenes en el interior de los colectivos, personas sospechosas y agresiones. Dentro de esta categoría fueron cuatro los casos de violencia contra la unidad de transporte o el chofer.
"En uno de los episodios, un pasajero, aparentemente molesto por la velocidad a la que se desplazaba el colectivo, descendió y apedreó la unidad provocándole daños en la ventanilla. También hubo situaciones de conductores de vehículos que insultaban e intentaban agredir a los choferes de colectivo manifestando cuestiones de maniobras de tránsito", explicó a El Tribuno el comisario Miguel Ceballos, director del CCO.
Los días de más intervenciones son los martes y miércoles, entre las 9, las 18 y 19. "Se trata de los horarios con mayor afluencia de pasajeros en la zona céntrica. Tiene que ver con la entrada y salida del alumnado de los establecimientos", sostuvo Ceballos.
Por errores de sistema o activaciones involuntarias se registraron 86 intervenciones. El resto, es decir 30, correspondía a colisiones, emergencias médicas y a un niño a quien un familiar había olvidado en un colectivo.
Demoras
Conductores de diferentes líneas aseguraron que hay demoras en la asistencia policial por el botón antipánico.
"Los botones funcionan pero el problema es que la Policía tarda en llegar. Puede demorar de 10 hasta 20 minutos", manifestó a El Tribuno Miguel Avellaneda, miembro de la agrupación Colectiveros Unidos de Salta (CUS).
El chofer hizo referencia a un caso reciente. "El fin de semana un compañero del corredor 5A realizaba el turno nocturno cuando le apedrearon el coche en la zona del barrio El Carmen. Él apretó el botón pero la Policía apareció recién cuando él iba por Tres Cerritos", sostuvo Avellaneda.
Con respecto a las cámaras de filmación, aseguró que "no hay en todos los coches, únicamente en los de piso bajo de Saeta, que son 100, repartidos en diferentes empresas y tampoco funcionan en todos porque algunos están en estado calamitoso. Las cámaras que están instaladas solo enfocan la puerta delantera y trasera. No son giratorias".
Frecuentemente, los fines de semana, los conductores de colectivos tienen que enfrentar desde discusiones de automovilistas agresivos tras accidentes leves, pasajeros enojados, hinchas de clubes de fútbol que se rehúsan a abonar el boleto, hasta jóvenes que salen de boliches alcoholizados y otros que lanzan piedras al colectivo, según relataron.
"Nos sentimos inseguros arriba del colectivo. Necesitamos más presencia policial arriba de las unidades. Los fines de semana, si suben 10 hinchas de un club, solo uno paga", expresó Pedro Cruz, otro miembro de CUS.
Avellaneda relató que desde hace tiempo algunos policías poseen tarjetas magnéticas para subir gratis al colectivo y realizar controles "pero que ellos suben, marcan la tarjeta y bajan. Queremos que suban y hagan la vuelta, sobre todo los fines de semana. No queremos llegar al punto al que llegó Buenos Aires, donde asesinaron a Leandro Alcaraz", dijo.
Los miembros de la agrupación CUS plantearon la problemática al secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Jorge Flores. "Pedimos más efectivos policiales y que convoque a asambleas informativas, ya que hace más de un año que no hay una", finalizó Avellaneda.
Fuente: El Tribuno
