El Ministro de Seguridad, Carlos Oliver, encabezó durante su última visita a esta ciudad diferentes reuniones operativas y logísticas con la Jefatura de la Unidad Regional 2, con el Centro de Coordinación y distintas áreas logísticas de Orán, con quienes se diagramó una suerte de replanificación del servicio de vigilancia policial, pensando en optimizar los recursos humanos y materiales, para lograr más patrullajes y mejorar los controles en general.
Oliver recorrió durante el fin de semana las distintas dependencia policiales de la Unidad Regional 2 de Orán y encabezó la reunión operativa y logística de la que participaron los jefes de las distintas áreas operativas de la zona, subjefe de Policía, Luis Aberaztain, el director de Investigaciones y el director del Centro de Coordinación Operativa.
El encuentro se realizó en el CCO de Orán, donde se replanificó el servicio de seguridad, optimizando recursos, reforzando patrullaje, acciones preventivas y controles en general.
Puesta en marcha inmediata
La lógica de trabajos se puso en funcionamiento el fin de semana y fue supervisada por el ministro. Trabajaron alrededor de 200 policías por turno realizando operativos de Protección Ciudadana en Orán, Pichanal, Colonia Santa Rosa, Aguas Blancas, Hipólito Yrigoyen y Urundel.
Se detectaron 429 contravenciones, principalmente consumo de alcohol en la vía pública y desorden. Se detuvo a 5 personas con pedido de captura, hubo 19 detenidos por delitos y 20 por microtráfico de droga. También se labraron infracciones a 19 comercios, y se controlaron 800 vehículos, 175 motos fueron retenidas y se labraron alrededor de 350 infracciones por incumplimientos viales.
Por otra, Oliver se reunió con el intendente, Marcelo Lara Gros, a quien interiorizó sobre la redistribución del servicio de seguridad planificado en función de la demanda general, que responde en especial a diferentes problemáticas sociales, que derivan en contravenciones, hechos de violencia, delitos e infracciones.
Necesaria toma de conciencia
Al respecto se acordó articular acciones preventivas de seguridad ciudadana, y trabajar en conjunto para disminuir la conflictividad social, y generar conciencia en la comunidad sobre las normativas vigentes.
Las autoridades del área de seguridad se hicieron cargo de los problemas y eso es bueno para la comunidad.
Pero hay un factor que no se está teniendo en cuenta y es que el incremento de la conflictividad social tiene un origen, un disparador.
Sin dudas, la falta de creación de puestos de trabajo, los despidos en comercios e industrias y las nulas expectativas de los adolescentes y jóvenes, son los factores que los empujan hacia el delito.
Todo esto, sumado claro al consumo de sustancias prohibidas, casi siempre mezcladas con alcohol.
Fuente: El Tribuno
