En los últimos meses Laurita Fernández (26) confirmó su crecimiento profesional con dos hitos en su trayectoria artística. Primero, cuando la eligieron para protagonizar Sugaren el rol que tuvo Susana Giménez a fines de la década de 1980, y luego con su debut como jurado de Bailando 2018. Por otra parte, la confirmación de su romance con Nicolás Cabré (38) la colocó en el centro de la escena mediática, para bien y para mal.

En ese contexto, cambió la mirada sobre Laurita y si antes la elogiaban, ahora se sumaron varios a criticarla sin filtro. Así es que en una nota con Los Especialistas del Show, la diosa salió a contestarles a quienes dicen que ya no saluda con la humildad que solía tener cuando era una simple bailarina: "No sé por qué dicen que no saludo. También llegó un punto en el que me cansé de tener que andar denfendiéndome, explicando. Si yo sé cómo soy, que soy educada como siempre en todos los lugares en los que trabajo o voy de visita si me toca ir a un programa; voy, hago lo que tengo que hacer, no molesto ni me meto con alguien".

"NO SALUDO CON UN BESO EN LA MEJILLA PORQUE DESPUÉS LAS MAQUILLADORAS ME RETAN PORQUE SE ME VEN LOS GRANITOS DE LA CARA PORQUE UNA SE VA LIMPIANDO LA CARA".

Y continuó: “Capaz que me quedo charlando más con uno que con otro, pero jamás le haría un feo (sic) a alguien. No tengo por qué hacerlo, ni lo necesito, pero sí es una cuestión de respeto y educación que tuve y tengo siempre”. En ese punto, María del Cerro indagó si ya no saludaba con besos en la mejilla porque la maquillaban con base y, entre risas, Laurita asintió la teoría de la conductora: “Lo pueden decir los chicos de la producción que están acá. Después, las maquilladoras me retan porque se me ven los granitos de la cara porque una se va limpiando la cara... Pero bueno, es parte de todo. Si una tiene los labios bordó, se cuida de no manchar al otro…".

“Son cosas que hace todo el mundo pero hilan fino y le ponen una connotación negativa. Llega un punto en el cual me canso. ¿De verdad tengo que defenderme de esto? Ya está, que digan lo que quieran, yo voy a seguir siendo quien soy. No es porque tenga más o menos trabajo que voy a cambiar mi forma de ser o pensar”, concluyó Laurita Fernández con indisimulable fastidio.