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Louta, el artista argentino que abrirá los shows de Taylor Swift en Buenos Aires

Louta, el artista argentino que abrirá los shows de Taylor Swift en Buenos Aires

Tiene 29 años, tres discos y colaboraciones con Bizarrap y Wos, entre otros. Además, es uno de los fundadores de la fiesta Bresh.

“Voy a estar abriendo los tres shows de Taylor Swift en River. Tremenda felicidad, extrema admiración por Taylor y todo lo que hace. Muy groso que ella y su equipo nos hayan elegido para esto. Muchas gracias, hermoso”, escribió Louta en su cuenta de Instagram para revelar que será el telonero argentino de la cantante estadounidense cuando se presente por primera vez en Buenos Aires estos 9, 10 y 11 de noviembre.

Pero, ¿quién es Louta? Nació como Jaime Martín James el 22 de junio de 1994, tiene 29 años y un camino artístico que se inició casi desde la cuna: es hijo de la directora y bailarina Ana Frenkel -creadora de la compañía El Descueve- y de Diqui James, fundador de las compañías de teatro De La Guarda y Fuerza Bruta. A la vez, su tío es Diego Frenkel, cantante de La Portuaria. “A los cuatro años dormía en una caja y escuchaba buuuummmm, buuummm... Desde muy chico conozco el olor a chivo de un vestuario”, le contó al autor de esta nota en 2018.

Uno de sus primeros hechos artísticos se remontan a su adolescencia, cuando se convirtió en el dj encargado del warm up antes de cada función de Fuerza Bruta. Poco tiempo después, comenzó a estudiar producción musical a la vez que también tomaba clases de teatro. Y antes de crear sus primeras canciones, también despuntó una fugaz faceta de youtuber a través de una serie que se llamó Espacio Publicitario. Sin embargo, al terminar el colegio no la tenía tan clara y encaró un viaje hacia Europa para ver qué podía hacer de su vida. En paralelo, desarrolló su costado espiritual practicando el budismo de la escuela Soka Gakkai, una práctica que consiste en repetir el mantra “Nam Myōhō Renge Kyō”, el cual permite extraer el máximo potencial de cada ser humano.

2016 fue el año en el que nació Louta como proyecto. El nombre surge de una deformación de palabras (”Sabelo”, “velo”, “vilo”, “Vilouta”, “Louta”, tal como enumeró en una entrevista) y también fue con el que bautizó a su primer disco: una colección cruda de ocho tracks que rebotaban entre el pop, cumbia rebajada con reggaetón y proto-trap que sirvieron de carta de presentación para un show performático que fue creciendo con el correr de los meses.

En junio de ese año, poco antes de que saliera el álbum Louta, Jaime había reservado una fecha para presentarlo. Pero como no llegó a terminarlo y no quería perder el lugar, decidió inventar una fiesta. Ahí fue cuando nació la Bresh, la celebración a la que hoy todos quieren ir y donde confluyen los famosos de la época para divertirse. Pero en aquel momento era apenas un spot underground en el que unos amigos pasaban la música que les gustaba y que no sonaba en ningún boliche. Louta era el dj residente y uno de los organizadores, mientras que la fiesta sirvió de plataforma de despegue. “Es una fiesta que transmite mucha alegría, la gente está siempre muy contenta”, decía en 2018 de su creación festiva.

Al frente de estos temas, aparecía un tipo alto, de corte germánico, que rapeaba como frenético pero peinado a la gomina y con chombas de colores pastel metidas adentro de un pantalón recto de vestir. El efecto visual era instantáneo y lo fue engrosando con diversos recursos escénicos: conejos con cabezas de bola de espejos, nubes de algodón que se posaban sobre el público, clones de Louta, floreros que se partían en su espalda, muchos bailarines, confet y hasta una burbuja que simulaba un útero y a la que le crecían flores de plástico.

Dos años más tarde consolidó el repertorio y su show con las canciones propuestas en Enchastre, su segundo disco. Aparecían nuevos matices, desde una sonoridad más industrial (”Uacho”, con Marilina Bertoldi) hasta el uso sutil de bases big beat (”Puede ser”). Y también metió su primer hit: “Ayer te vi”, una viñeta pop que parecía escapada de una publicidad, en complicidad con la dulce voz de Zoe Gotusso.

Para este punto, Louta ya engalanaba los festivales más grandes del país (Cosquín Rock, Lollapalooza), abría shows internacionales y agotaba con voracidad fechas en Niceto Club. Y engrosó su repertorio con una triada de singles que lanzó durante 2019: “TAU TAU”, “Coco Shanel” y “No te comas la peli”. Ese año lo coronó con algo que muchos artistas de la época sueñan: su propia “BZRP Music Sessions”. En su caso, es la número 20, a partir de la cual trabó una relación de amistad y artística con Bizarrap. Este año, de hecho, Jaime dirigió el corto “Bizapop”, con el que el productor adelantó su trabajo con el rapero Milo J y avisó que se abría una nueva etapa en su carrera.

En 2020 y en medio de lo más hermético del confinamiento empujado por el coronavirus, lanzó 2030, un disco mucho más reflexivo, audaz y algo oscuro, en el que desarrolló hacia afuera su costado más introspectivo. Canciones como “Amame”, “Argentina” y “No me estás haciendo un favor” lo muestran en un registro mucho más pop y menos experimental. La pandemia lo alejó de los escenarios y de esta etapa apenas pudo hacer algunos recitales entre diciembre del 20 y enero del 21. Recién en marzo de 2022 fue su vuelta formal, en el marco del Lollapalooza Argentina.

La cosecha de Louta durante el año pasado se redujo a tres canciones: “Guaracha”, “Decime que es verdad” y “Quereme”, un dueto con Wos en el que saca al rapero de su gueto para meterlo en una adorable y pegadiza canción pop.

A fines de octubre de este año se dio su vuelta a los escenarios porteños: agotó en tiempo récord tres funciones en Niceto, donde presentó una actualización de su show de alto impacto y puso a sonar en vivo lo más reciente de su repertorio: “Veneno” y “Diamante”, tema que lanzó junto a la cantautora colombiana Elsa y Elmar.

“La idea es hacer el mejor show de la historia de la humanidad”, dijo antes de concretar su reciente serie en Niceto. Es una frase que, palabras más palabras menos, repitió a lo largo de su historia como su fuera la zanahoria que necesita perseguir para seguir dandole rodaje a Louta, sin dudas uno de los proyectos más originales que alumbró el pop hecho en Argentina.



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