Un clásico de la televisión pero también, una de las celebridades infaltables en cada elección del país. Porque si hay algo que Mirtha Legrand disfruta y le hace honor es a emitir su deber cívico como ciudadana. Es que la conductora es una gran defensora del derecho al voto y lo hace valer aunque esté eximida de hacerlo por tener más de 70 años. Por eso, esta vez que se elige presidente en las elecciones generales en la República Argentina, no fue la excepción.

Así fue como apenas pasados unos minutos del mediodía, la conductora de La noche de Mirtha se acercó a la escuela situada en el barrio de Palermo, de la ciudad autónoma de Buenos Aires vestida para la ocasión. Chiquita no deja ningún detalle librado al azar cuando se trata de su producción personal. En este caso, la diva de los almuerzos más famosos de la televisión argentina concurrió a la escuela en donde le tocó votar vestida con un trajecito celeste compuesto por pollera tubo a la rodilla y una chaqueta en el mismo tono. Un pañuelo de seda en la gama de colores de su atuendo acompañó el estilismo de la abuela de Juana Viale, tal vez para proteger su garganta ante los cambios de temperatura, ya que viene de atravesar un cuadro de bronquitis.

De muy buen humor, Mirtha saludó a los presentes, fanáticos y prensa que se acercaron a sacarle fotos y a tomarse selfies junto a ella. También, la gente reunida en el establecimiento le demostró su cariño después de más de 50 años al frente de su programa. Aunque es sabido que Chiquita comenzó su carrera profesional a los 14 años cuando participó de la película Los martes orquídeas y desde allí no dejó nunca de trabajar en el medio artístico.

A ella siempre le gusta recordar la anécdota que ocurrió aquel día. En la celebración de su último cumpleaños número 96, en febrero de este año, la diva reunió en su casa a sus más íntimos amigos y familiares. En dicho festejo, al que asistieron alrededor de 50 personas, Mirtha se tomó unos minutos para expresar lo que sentía, y en un breve y emotivo discurso contó cómo fueron sus inicios.

“Trece años tenía, vestida de lagarterana, que es una región española. Bueno, mi vida fue maravillosa, empecé a los 14 años que se estrenó mi primera película Los martes orquídeas, y así seguí el derrotero. Cuando terminó la exhibición de Los martes orquídeas yo estaba con José, mi hermano y Goldie, mi hermana, y mi madre. Mi padre ya había fallecido, mi padre falleció a los 36 años, jovencísimo. Y todo el teatro Broadway se dio vuelta a saludar a Chiquita, que estaba sentada y miraba azorada y extrañada al público que decía ‘ha nacido una estrella’. Yo llegué en un tranvía y me fui a mi casa en un Cadillac que nunca supimos de quién era. Pero bueno, ahí me di cuenta que mi vida había cambiado. Y ahí empezó el derrotero”, pronunció ante el aplauso de todos sus seres queridos.