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Pedro Aznar: sus fans escriben tesis con sus letras y se casan con su música

Pedro Aznar: sus fans escriben tesis con sus letras y se casan con su música

“En este viaje, me encontré con mis emociones”, dijo antes de llegar a Salta. El músico cumple 35 años de carrera.

• Mañana a las 21:30 en Teatro Provincial de Salta.

¿Qué se puede decir de Pedro Aznar que no se haya dicho ya? Compositor, virtuoso multiinstrumentista, estudioso, amante de géneros tan distintos como el rock o el jazz o la bossa, pero también el pop y el folclore y la fusión con la música latinoamericana; y un cantante exquisito, que transmite y genera emociones. Es uno de los mayores exponentes de la música popular en este país, sin vueltas. Y no son elogios, aunque tanto se los merezca, sino verdades.

Estas líneas dan cuenta de lo que le dice a LA GACETA: “recibo las más hermosas manifestaciones de cariño y respeto, y muestras de una generosidad impresionante, desde chicos que escriben su tesis de Doctorado en Letras analizando mis letras hasta los que se conocen y se casan con mi música, o padres que le ponen mi nombre a sus hijos en homenaje”.

Aznar siempre regresa a Salta y ahora lo hace con su último proyecto: “Resonancia”. “Es una celebración de mis 35 años de carrera como solista. Tocaré canciones de cada uno de mis 18 discos, en orden cronológico, como un viaje a través del tiempo. Es un relanzamiento de toda mi obra, no solo una gira, pero quedan además otros proyectos”, anticipa.

- La resonancia es como un eco distante. ¿Qué es lo que de tus composiciones siguen presentes: las letras, las melodías, los ritmos...?

- Es como un eco, pero es no distante sino todo lo contrario. La resonancia se produce cuando dos cuerpos vibran en simpatía y por proximidad, y eso pasa entre mi música y el que la escucha. Es una sintonía muy amplia y muy rica. Desde el punto de vista personal, en lo que yo mismo aprendí a través de hacer esta música, fue un viaje transformador. Fui ahondando en mí, encontrándome con las emociones y abriéndoles puertas para que se manifiesten, construyendo puentes entre disciplinas para incorporar elementos que me conmovían de la obra de pintores, escritores, arquitectos y cineastas, madurando en voz alta mientras le ponía voz a mis sueños y a mis desvelos, a mis dolores y alegrías, buscando la nota o la palabra ‘justa’ que comunicara lo que me pasaba en cada tramo del camino.

- Más de 35 años de carrera es toda una vida: si tuvieras que elegir un período de la tuya, ¿cuál sería y por qué?

- Felizmente tengo varios momentos favoritos de mi carrera, y por distintas razones. A modo de ejemplo, puedo citar a trabajos como “Cuerpo y alma” (de 1998), con la fusión de la música de raíz latinoamericana con el rock se consolidó como lenguaje. En “Quebrado” (2008), mi trabajo como compositor y letrista alcanzó un nuevo registro, una mayor contundencia a través de la economía de recursos y una franqueza directa. Creo que una de las mejores lecciones aprendidas a lo largo de este viaje es la de ser cada vez más como un chico que juega a la música. Eso me mantiene cerca del entusiasmo, de la intuición y del disfrute, me hace ser cada vez más auténticamente yo mismo.

- ¿Te queda algún proyecto por encarar?

- El balance que hago al volver la mirada sobre todos estos años es muy positivo. Dediqué mi vida a hacer música con contenido, que inspire, anime a la reflexión y provoque cambios, en mí y en quien escucha. Las devoluciones y los comentarios que me hace la gente sobre lo que esa música representa en sus vidas son muy conmovedores, así que puedo decir con confianza que mi aspiración llegó a buen puerto. Ahora es momento de redoblar la apuesta, una vez más. Ya tengo varios proyectos en preparación, que iré mostrándoles en los próximos meses.

Fuente de la Información: La Gaceta



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