Taylor Swift llegó a la Argentina el pasado jueves generando una enorme expectativa entre su vasta base de seguidores. Figura prominente en la música pop internacional, aterrizó en el país durante el mediodía en el aeropuerto de Ezeiza. Su llegada fue coordinada con un meticuloso operativo de seguridad que en todo momento intentó cubrir su rostro y su cuerpo con una serie de paraguas, asegurando así su traslado desde el avión hasta una combi que la condujo directamente a su alojamiento.

Y así, con el mismo protocolo de seguridad se produjo su salida del país en las primeras horas de este lunes, luego del último show brindado, el que debió ser reprogramado por cuestiones climáticas y que tendría lugar en una primera instancia el pasado viernes.

Aún con el vestuario utilizado en el tramo final del último show, así se trasladó hasta Ezeiza con un amplio operativo de seguridad que volvió a utilizar la técnica de los paraguas negros para protegerla de los lentes de los fotógrafos, que igualmente lograron registrar algunas instantáneas en las que se puede apreciar su figura. Además se su comitiva, todo el trayecto hasta el aeropuerto internacional estuvo acompañada por 8 motos de la policía.

Tras el cierre de los shows en los que confirmó su amor por la Argentina y se disculpó por no haber venido antes, la cantante llegó al aeropuerto y en el baño de la terminal aérea fue donde aprovechó a cambiarse la ropa y lucir más cómoda con zapatillas y un jogging con el que finalmente voló. El horario de salida fue a la 1.40 de este lunes y su destino final fue Los Ángeles.

“Buenos Aires, ustedes realmente me hacen sentir increíble”, dijo la artista mientras agitaba su mano izquierda, buscando aire ante el clamor del público en el último concierto de The Eras Tour en el país, el que la consolidó como una de las artistas más destacadas de la actualidad.

La noche del domingo en el Monumental la artista recibió una nueva ovación de la gente al momento de sentarse al piano. Fue ahí cuando decidió sacarse los audífonos para escuchar con sus propios oídos el sonido que hacían las más de 70.000 almas. “No puedo creer que tardé tanto en venir a Argentina. Nunca voy a volver a cometer ese mismo error. Ustedes son realmente los mejores, estoy muy feliz de dar un show para ustedes, para una multitud como ustedes”, dijo la autora de “Cruel Summer”.

Y si bien la cantante no estaba acompañada por su novio, quien el domingo por la mañana partió rumbo a los Estados Unidos para cumplir sus obligaciones deportivas, sí contó con su padre y su amiga, Sabrina Carpenter. Esta última vio este show luciendo la camiseta argentina, e incluso durante el evento aceptó numerosos brazaletes de la amistad por parte de los fanáticos.

El cierre de la noche fue con Midnights, una de las etapas que contó con más canciones en el setlist, y que estuvo representada con tonos azul oscuros, que hacen referencia al color del cielo durante la medianoche y la melancolía que despierta en la artista.

Para el momento más íntimo de la noche, el del set acústico, la cantante se dirigió a la punta de la lengua del escenario. Allí, con la guitarra y el piano listos, interpretó las canciones sorpresa de la noche: “Better than Revenge” y “Slut!”.

“Karma“ fue la canción elegida para despedir esta última presentación. Con un show de luces, fuegos artificiales y una lluvia de papeles de colores, Taylor Swift agradeció a los argentinos. Con ese outfit en tonos azules aún en su cuerpo, se dirigió a Ezeiza.

Este evento marcó un hito significativo para los seguidores argentinos de Taylor Swift, quienes vieron materializado su anhelo de presenciar en vivo a la artista, cuya carrera fue marcada por numerosos éxitos y reconocimientos a nivel mundial. La serie de conciertos se convirtió en un acontecimiento memorable tanto para la cantante como para sus fans, consolidando aún más su estatus como una de las figuras más influyentes de la música contemporánea.