El caso generó indignación por el contexto en que fue cometido, pues el violador aprovechó un entorno en el que la víctima, dada su condición, no desconfiaba de las personas que asisten a la misma iglesia, ubicada en la calle Pellegrini, casi esquina San Martín.

InformateSalta supo que la madre de la joven, una mujer de 47 años de barrio Primera Junta, denunció el hecho del que no sospechó nada ya que se sentía confiada, pues pensó que en la iglesia su hija, que padece un leve retraso madurativo, iba a estar bien e incluso le gustaba asistir, lo que hacía junto a otro familiar.

La señora hace unos días llevó a su hija, de 19 años, a un chequeo médico de rutina, circunstancias en que fue informada que la joven tenía un embarazo de 3 meses de gestación, lo que derivó en una charla a fondo con la víctima.

En su relato, la joven explicó que en ese tiempo conoció en la iglesia al acusado, de nombre Antonio, quien comenzó a tratarla como una amiga, sin embargo, todo fue una escena montada hasta ganarse su confianza. En ese marco, el sujeto la invitó a tomar la merienda en su casa, en el barrio Timoteo.
 

Cuando la joven llegó, el acusado estaba junto a otros dos amigos, con quienes tomaba gaseosa, por lo que trajo un vaso y le convidó. Luego de unos minutos, perdió el conocimiento y tras unas horas, se despertó y se dio con que estaba en la cama del tal Antonio.

Estaba con la ropa desprendida, con fuertes dolores en sus órganos genitales y vio al acusado que salía del baño en bóxer, por lo que salió de la casa y se dirigió a su vivienda, donde no dijo nada de lo sucedido debido a que aún estaba mareada y no sabía qué hacer.

Luego de unos días, la joven regresó a la Iglesia, donde el acusado le dijo que si estaba embarazada debía abortar y que nadie se daría cuenta de lo sucedido, tras lo cual dejó de tener contacto con la joven a la que había abusado. A partir de la denuncia de la madre, la policía trabaja ahora en la búsqueda y detención del sospechoso.