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Condenaron a tres integrantes de una pesada banda narco salteña

Imagen ilustrativa
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Contaban con una compleja organización, importantes recursos tecnológicos y provisión de cocaína a través de vuelos clandestinos.

Numerosos miembros, comunicación encriptada entre ellos, utilización de complejos dispositivos tecnológicos, coordinación de vuelos narco entre Argentina y Bolivia y gran cantidad de vehículos capacitados para el traslado de la droga hasta Buenos Aires son algunos de los elementos característicos de una pesada banda narco salteña que fue condenada por la Justicia. Eduardo Daniel CatánGenaro Atilio Ortiz y Eliseo Mario Nieves fueron los condenados.

El Tribunal Oral Federal N°1 de Salta impuso penas de entre 7 y 17 años de prisión a tres personas por el contrabando y transporte de una tonelada de cocaína en una causa en la que también tuvo como ingrediente las sospechas sobre las maniobras del ex juez Federal de Orán, Raúl Reynoso, quien participó en la instrucción de la causa y falló misteriosamente respecto de un imputado.

El trabajo de inteligencia y escuchas derivó en que en septiembre de 2013, Gendarmería Nacional detenga en Santiago del Estero a Héctor René Segundo, con una carga mayor a 400 kilos de cocaína proveniente de Tartagal. Se sabía que otras personas iban adelante y atrás haciendo el trabajo de “barrido y seguridad”, pero ninguno pudo ser detenido en ese momento.

Los ladrillos estaban ocultos en bolsas de arpillera y fuentes judiciales confiaron que sobre la superficie de los paquetes se encontró una sustancia que tenía como finalidad confundir el olfato de los perros que usa Gendarmería para estos procedimientos. Ese procedimiento, a su vez, estaba enlazado con otro realizado en marzo de 2012 en el que se secuestraron 356 kilos de cocaína.

Eduardo Daniel Catán fue condenado a 17 años de prisión, por ser responsable del transporte de estupefacientes agravado, en concurso real con el delito de contrabando calificado de estupefacientes;

Genaro Atilio Ortiz a 15 años de prisión, también por contrabando agravado;

Eliseo Mario Nieves a 7 años, por ser considerado partícipe secundario del delito de transporte de estupefacientes.

Por las escuchas se sabía que José Miguel Farfán –imputado en numerosas causas por narcotráfico y prófugo desde hace tiempo- iba adelante. Justamente esta persona, un narco implicado en la causa que terminó con la condena al ex juez José Antonio Solá Torino, fue detenido y luego misteriosamente liberado por quien hacía la Instrucción de la causa: Raúl Reynoso. 

En diciembre de 2013 el abogado de Farfán, René Gómez (imputado junto a Reynoso en la causa que los acusa de formar una asociación ilícita junto a otras personas), solicitó la exención de detención, lo que fue concedido por Reynoso el 21 de enero de 2014, sin siquiera solicitar sus antecedentes; lo cual el magistrado hizo recién 9 meses después. 

Reynoso envió las actuaciones a la Cámara Federal de Apelaciones de Salta a fines de ese año y en noviembre de 2014 ordenó el procesamiento y prisión preventiva de Farfán, revocando la exención de prisión dispuesta anteriormente, pero el sospechoso ya no volvería.

La explosión de la causa

En abril de 2014, en la finca El Chaguaral, tras efectuarse un rastrillaje como consecuencia de las tareas de inteligencia y escuchas telefónicas realizadas,  se incautaron 12 bolsas de nylon color amarillas que contenían 360 paquetes rectangulares, cuyo contenido sometido a prueba de narcotest dio resultado positivo. Del informe pericial surgió que se trataba de cerca de 390 kilos de cocaína. Así, se determinó que Genaro Ortiz contaba con un grupo de personas que trabajan para él, con quienes se comunicaba en forma encriptada.

Prácticamente en simultáneo, en la ruta provincial 52, a unos 20 km desde la curva del Turco, en dirección a Chaco, se detuvo una camioneta en la que circulaba Eduardo Daniel Catán. Se dirigían a una pista clandestina. Por otro lado, en el paraje La Estrella se identificó a otro vehículo que se encontraba a nombre de Ortíz.

Todos los operativos y secuestros relacionados a esta banda totalizaron la suma de 1155 kilos de cocaína.

Declaraciones importantes

Nieves confesó que conoce a los Farfán porque trabajaba con ellos pero aseguró que el trabajo era la administración y explotación de decenas de hectáreas de fincas del prófugo, donde cultivaban hortalizas. Dijo que nunca sospechó de Miguel Farfán y que solo tiempo después alguien le dijo que “andaba en cosas raras”.

Las escuchas marcaron a Nieves como un engranaje importante dentro de la organización que traficaba cocaína y hasta de ellas surge que formaba parte de la estratégica caravana detenida en Santiago del Estero. Del allanamiento de su casa se secuestraron teléfonos, GPS y 140.000 dólares, dinero que alegó que eran ahorros suyos y de sus familiares obtenidos por la venta de fincas y que prefería no depositarlos en el banco.

Un testimonio que aportó a la causa fue el del oficial Rodolfo Fortete, quien realizó y analizó las escuchas telefónicas sobre los sospechosos. Reveló que supieron que un tal “Diego” coordinaba los vuelos que traían la droga desde Bolivia y arreglaba con Miguel Farfán en dónde soltarlos. De una serie de escuchas advirtieron cómo Nieves, los hermanos Farfán y Segundo organizaban luego el traslado de esa droga a Buenos Aires.

La organización contaba con múltiples vehículos como camionetas 4x4, dispositivos para comunicaciones satelitales y fincas en las que descenderían aeronaves provenientes de Bolivia en pistas clandestinas y acopiaban la droga.

De esas investigaciones se llegó a saber que estaban organizando otro movimiento grande de droga y que fue el que terminó con la detección de la camioneta de Segundo en La Banda (Santiago del Estero) y finalmente su detención en la localidad de Fernández. El resto logró escapar hasta que luego fueron detenidos, como fue el caso de Nieves, que estuvo preso un año y medio.

Una banda muy organizada

A través de la investigación se encontró que la organización contaba con múltiples vehículos como camionetas 4x4, dispositivos para comunicaciones satelitales y fincas en las que descenderían aeronaves provenientes de Bolivia en pistas clandestinas y acopiaban la droga.

El cargamento luego era trasladado en camionetas a Buenos Aires mediante el barrido de rutas, haciendo uso de antenas, radios (equipos de VI-IF) a través de caminos secundarios.

¿Otro favor de Reynoso?

Segundo no está entre los acusados de este juicio porque ya fue individualmente juzgado y condenado por el transporte simple de estupefacientes lo que, pese a su condena, fue una buena noticia para él porque le evitó ser juzgado en este juicio por el mismo delito pero agravado por la cantidad de intervinientes. La rápida elevación a juicio que provocó este beneficio habría sido otra de las sospechosas maniobras de Reynoso y que tuvo como patrocinante del imputado a Gómez.

Ya en el juicio intervinieron los fiscales generales Carlos Amad Francisco Snopek, mientras que los jueces fueron Federico Díaz, Liliana Snopek Mario Juárez Almaraz, quienes coincidieron con la acusación de los representantes del Ministerio Público Fiscal y condenaron a Eduardo Daniel Catán a 17 años de prisión, por ser responsable del transporte de estupefacientes agravado, en concurso real con el delito de contrabando calificado de estupefacientes; a Genaro Atilio Ortiz a 15 años de prisión, también por contrabando agravado; y a Eliseo Mario Nieves a 7, a quien consideraron como partícipe secundario del delito de transporte de estupefacientes.

 

Fuente: La Gaceta Salta



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